lunes, 10 de marzo de 2008

Paseando por la Via Flaminia

La foto que acompaña a esta entrada es de la Vía Flaminia.
Massa Martana, el pueblo donde estuvimos ayer, debe su existencia a esta Vía, ya que su historia comienza con un asentamiento militar romano, como consecuencia de la construcción de la misma.
Pero no ha sido una ciudad con suerte. Ha sido destruida muchas veces, tanto por culpa del hombre: innumerables guerras, la última la 2ª Guerra Mundial, como por culpa de la naturaleza: terremotos, el último en 1997. Aún así el cuidado que han puesto en su reconstrucción ha hecho que este pueblo este incluido oficialmente en la guía de "los pueblos mas bonitos de Italia".
Después de pasear por las calles de la zona amurallada, y de visitar la iglesia extramuros de Santa María de la Paz, salimos para comer en Todi.

Todi tiene una bonita leyenda sobre su fundación. Fundada por los etruscos alrededor del año 2.700 a.C., dicen que cuando estos estaban realizando los cimientos de lo que debería ser las murallas de la ciudad, a orillas del Tiber, un águila se acercó volando y arrebató el trozo de tela donde habían colocado la comida, despreciando ésta, llevándose en su vuelo la tela hasta la cima de la colina cercana. Los etruscos decidieron que era una señal de los dioses, cambiando su asentamiento a la colina donde el águila tenía su nido, y allí construyeron su ciudad. Por supuesto el escudo de la ciudad, es un águila real con las alas desplegadas, sujetando en sus garras un trozo de tela.
Al inicio de la era cristiana, el emperador Augusto, entrega la plaza a sus veteranos de guerra, como símbolo de agradecimiento, perdiendo así la antigua Tútere su identidad etrusca.
Después de comer, junto al tercer círculo de murallas, donde se encuentra la colosal Iglesia de Santa María de la Consolación,
nos acercamos hasta la plaza del Pópolo, y estuvimos paseando por un mercadillo de antigüedades instalado en la plaza. La verdad es que no encontramos nada interesante. Claro que Él después de la tienda de antigüedades de Nápoles, difícilmente encuentra cosas que le gusten fuera de los museos, y todavía sigue acordándose del busto de mármol de dos colores de ese general romano cuyo nombre desconocemos, y arrepintiéndose de no haberlo comprado.
Bueno, como os decía, esta plaza rectangular y muy amplia, está rodeada de palacios y en uno de sus extremos se encuentra la catedral de Santa María Assunta, del siglo XII y XIV, edificada sobre los restos de un edificio religioso romano del siglo IX.
Tanto el Duomo como los palacios que circundan la plaza, la mayoría convertidos en edificios oficiales o museos, estaban cerrados al ser la tarde del domingo, por lo que no pudimos entrar en ninguno. Pero para que os hagáis una idea, en esta plaza se encuentra: el Palacio Vescovile, el Palacio Cesi, el Palacio del Pópolo, el Palacio Atti, el Palazzo dei Priori...
En fin, como esta muy cercana a Orvieto, puede que vayamos algún otro día, para así poder contemplar los interiores de todos ellos, así como poder seguir paseando por sus calles.

Para esta tarde tenemos otra excursión, un bonito pueblo cercano a Orvieto llamado, Civita de Bagnoregio.
Pero ya sabéis, eso es otra historia.