miércoles, 23 de julio de 2008

Daroca

Bueno, pues siguiendo con nuestro viaje hacia la Expo, salimos de Aranda de Duero despues de comer, camino de Murero, pueblo del que no os comento nada, ya que no hay nada que contar, era pequeño, estaba en cuesta, la calle donde se encontraba la casa rural, más que una calle era una pared, parte de la misma, a la derecha según subias, estaba ocupada por una pequeña puerta de entrada, suponemos que a una cueva.
Uno de los dos bares que nos dijeron tenía, estaba regentado por unas rusas que, dependiendo de quien estuviera en la barra, tomabas mejor o peor café, según nos contó un huesped de la casa rural, ya que no terminaban de dominar el uso de la cafetera, todos los miembros de la familia por igual.
Por lo que respecta a la casa rural, dificilmente se podría encontrar otra peor regentada. El propietario que vivia en Daroca, llegó nos abrió, nos dio una llave de la habitación, otra de la puerta de entrada, dejando en la cocina un bizcocho, tres litros de leche y tres de zumo de naranja, un paquete de café y ya no volvimos a verlo. Parece que solo se presentaba cuando llegaba alguien nuevo. Así que una vez colocadas las maletas en la habitación y visitadas las dependencias comunes, aprovechamos para salir hacia Daroca, a solo 8 kilometros del pueblo.

La verdad es que Daroca resulta una ciudad interesante y bonita y que merece la pena conocer.
Por lo que respecta a su historia, parece que sus primeros asentamientos fueron de origen celtibérico, y su nombre fue Darek, posteriormente los romanos la llamaron Agiria, y construyeron un castillo para defender la vía Liminium, que cruzaba el poblado.
Los árabes la llamaron Calat-Darawca, y la dominaron durante 400 años, hasta que Alfonso I el Batallador, marido de Doña Urraca, la conquistó.
Daroca es una ciudad asentada en un barranco, cuyo centro es la calle Mayor, a ambos lados de la calle Mayor, se encuentran las calles menores, todas ellas en cuesta que remontan las laderas de los cerros de San Cristobal y de San Jorge.
En los extremos de la calle Mayor se encuentran dos puertas, que dan entrada a la ciudad, la Puerta Baja y la Puerta Alta, de las que arrancan las murallas de la ciudad, de algo más de tres kilómetros de longitud.
Dentro del recinto amurallado, se encuentran diversos edificios que merece la pena conocer, como el castillo Mayor, varias torres, puertas, torreones, iglesias, casas...
Existió una escuela eclesiastica, en la Iglesia de Santa María, muy bonita, se puede contemplar también en la calle Mayor la casa-palacio de los Luna, y existen varias iglesias más, como la de Santo Domingo, y otros edificios civiles.

Como digo son muchas las cosas que se pueden visitar en Daroca. Le falta, quizas, cuidar más sus fachadas, no permitir a las tiendas modificar las mismas e integrarse más en el entorno, una mayor armonia en el conjunto... en fin, pequeñas cosas que hacen que exista una gran diferencia entre nuestros pueblos, por muy bonitos que sean, y los italianos.
Y como no quiero terminar sin contaros una pequeña historia, existe una galería con un manantial de agua con su leyenda, su nombre "La morica encantada", nombre también de un bar de la zona. Esta leyenda habla de la esposa, Melihah, del último gobernador musulmán de Daroca, Aben-Gama, y de sus amores con un cristiano, D. Jaime Diez de Aux, llamado el Caballero de la Estrella de Oro.
La historia muy típica: Aben-Gama hace prisionero al Caballero de la Estrella de Oro, Melihah se enamora de él y le ayuda a escapar, enterado Aben-Gama la mata y la tira al pozo de la galeria, el Caballero vuelve con Alfonso I el Batallador y gracias a él conquistan la ciudad y cuando va a buscar a Melihah se entera de la muerte de la misma a manos de su esposo, entonces lleno de melancolia pasa los días en el salón que da entrada a la Galería del pozo, recordándola y cuando muere pues se aparecen ambos, la bella Melihah sale vestida de blanco del pozo y se reune con su caballero que la espera a las puertas de la Galeria. Por eso al pozo lo llaman de la Morica Encantada. Si pinchais encontrareis la leyenda contada de forma más poetica y extensa.