jueves, 19 de noviembre de 2009

Tamar y Juda

El cuadro primero es de Tintoretto, y el segundo de Rubens, representa el encuentro entre Judá y Tamar.

Os cuento la historia:
Judá, hijo de Jacob, se casó con una mujer llamada Súa y tuvo tres hijos: Er, Onán y Selá, por ese orden.
Er se casó con Tamar, pero murió sin descendencia, por lo que en cumplimiento de la ley del levirato, Onán debió casarse con la viuda de su hermano. Pero como debido a esa ley, el hijo que tuviera con ella no se consideraria suyo, si no un hijo tardo de su hermano, perdería con ello la primogenitura en favor de su "hijo-sobrino", pasando a ocupar otra vez el segundo lugar. Por ello decidió no fecundar a Tamar, eyaculando sobre la tierra (en su origen el término onanismo se refería principalmente al coito interrumpido, aunque actualmente es más sinónimo de masturbación). Como respuesta a este acto Dios mató a Onán.
Ante ésto y debido a que su último hijo Selá era menor de edad, Judá pidió a Tamar que se quedara en casa de su padre, hasta la mayoría de edad de su tercer hijo.
Pasado el tiempo y viendo que Judá no le daba su tercer hijo, Tamar decidió engañar a Judá. Para ello se disfrazó de prostituta, y tuvo relaciones carnales con su suegro, que había quedado viudo. Por prestarse a la relación y hasta que le pagara un cabrito prometido, Tamar se llevó el sello y el bastón de Judá.
A los tres meses dijeron a Judá que Tamar estaba embarazada, por lo que éste ordenó que la ajusticiaran como castigo por adulterio.
Tamar, mediante el sello y el bastón probó que era él quien la habia embarazado, con lo que Judá la perdonó, dicen que por sentirse culpable al no haberla dado a su tercer hijo...
De esta relación Tamar alumbró dos gemelos Zara y Farés.
Por cierto es a través de Farés, que sigue la genealogía de Jesus de Nazaret.