Todavía no han nacido. Están los huevos y su madre empollándolos.
Cuando nazcan y asomen sus cabezas pondré las fotos.
Me alegra que la casa sirva para algo mas que para adorno y que todos los años tenga inquilinos. El alquiler que pagan: la satisfacción y la ternura que se siente ante su presencia, no tiene precio.