Hoy nuestra visita ha sido a Tortosa.
Hemos visitado el Castillo de la Zuda, una bonita fortaleza con unas maravillosas vistas sobra la ciudad y el Ebro.
Fueron los romanos quienes levantaron las primeras piedras, pero fueron los musulmanes quienes dieron forma al actual castillo.
Reconquistada por Ramón Berenguer IV, pasó a ser residencia de los Montcada y después de Los Templarios, como prueba de gratitud por la ayuda recibida en la conquista.
Cuando la plaza pasó a dominio de la corona, se convirtió en palacio real, en la Edad Media fue sede del Tribunal de Justicia. Jaime I lo eligió como su residencia favorita y actualmente podemos todos disfrutarlo como Parador de Turismo.
También hemos visitado la Catedral de Santa María, del siglo XIV y estilo gótico, actualmente en restauración. Hemos hecho un recorrido por su interior, visitando el Coro, el Claustro, el Tesoro, diversas Salas, la Catedral y sus capillas, así como unas catacumbas restauradas.
Posteriormente hemos paseado por sus calles y por la ribera del Ebro a su paso por la ciudad. Venía muy crecido y aunque resultaba agradable ver cuanta agua llevaba el río y la fuerza con la que bajaba, por otro lado hemos sentido que toda esa agua no pudiera aprovecharse y fuera a morir al mar, donde no es necesaria...
Mañana vamos a Morella.
Fueron los romanos quienes levantaron las primeras piedras, pero fueron los musulmanes quienes dieron forma al actual castillo.
Reconquistada por Ramón Berenguer IV, pasó a ser residencia de los Montcada y después de Los Templarios, como prueba de gratitud por la ayuda recibida en la conquista.
Cuando la plaza pasó a dominio de la corona, se convirtió en palacio real, en la Edad Media fue sede del Tribunal de Justicia. Jaime I lo eligió como su residencia favorita y actualmente podemos todos disfrutarlo como Parador de Turismo.
También hemos visitado la Catedral de Santa María, del siglo XIV y estilo gótico, actualmente en restauración. Hemos hecho un recorrido por su interior, visitando el Coro, el Claustro, el Tesoro, diversas Salas, la Catedral y sus capillas, así como unas catacumbas restauradas.
Posteriormente hemos paseado por sus calles y por la ribera del Ebro a su paso por la ciudad. Venía muy crecido y aunque resultaba agradable ver cuanta agua llevaba el río y la fuerza con la que bajaba, por otro lado hemos sentido que toda esa agua no pudiera aprovecharse y fuera a morir al mar, donde no es necesaria...
Mañana vamos a Morella.