sábado, 7 de noviembre de 2009

La hija de Caton

El cuadro está pintado por Elisabetta Sirani, y muestra a Porcia Catonis, clavándose una daga en la pierna. Os cuento la historia.
Porcia era hija de Marco Porcio Catón Uticencis, y de su primera esposa Atilia, de la que se divorcio por adulterio, supuestamente con Julio Cesar. Pero Porcia fue más conocida por dos motivos, ser la segunda esposa de su primo Marco Junio Bruto, el más famoso de los asesinos de Cesar, y por la forma en que se suicidó, que lo hizo ingiriendo ascuas ardientes.
Su padre la casó primero con uno de sus aliados políticos, Marco Calpurnio Bíbulo. Unos años después el anciano Quinto Hortensio, pidió la mano de Porcia, pero Bíbulo no estuvo dispuesto a divorciarse de ella. Hortensio, ya mayor, solo la quería para que engendrara un hijo suyo y devolvérsela a Bíbulo una vez que hubiera dado a luz. Al no querer divorciarse Bíbulo de Porcia, Catón hizo algo inesperado. Se divorció él de su mujer Marcia para dársela a Hortensio, volviendose a casar con ella cuando ésta enviudó. (Vamos como prestar una vaca).
El caso es que Bíbulo aliado con Pompeyo contra Cesar, muere tras la derrota de Pompeyo. Dos años después Catón se suicida tras su derrota en la Batalla de Tapso, quedando Porcia viuda y huerfana,, por lo que Bruto se divorcia de su esposa Claudia Pulcra para casarse con ella. El divorcio fue un escándalo, ya que Claudia era muy popular y llevaban muchos años juntos. Por tanto el nuevo matrimonio no fue muy bien recibido por algunos, incluida la madre de Bruto, Servilia Cepionis, amante de Cesar, y que parecia estar celosa del cariño que Bruto sentia hacia Porcia.
Afortunadamente para ellos, el partido pompeyano apoya el matrimonio, pero hay que decir que Porcia le fue muy devota a Bruto, pues parece que estaba profundamente enamorada de él desde hacia tiempo.

Pero vayamos al motivo del cuadro. Se dice que Porcia encontró a Bruto reflexionando sobre que hacer con Cesar y le preguntó que ocurria, Bruto no le contestó y ella pensó que desconfiaba de ella por ser mujer y como si tuviera miedo de que revelara algo si la sometieran a tortura. Así que decidió ponerse ella misma a prueba, se infligió una herida con un cuchillo de barbero para ver si podia resistir el dolor (imagen del cuadro). A consecuencia de la herida sufrió grandes dolores, fiebres y escalofrios, Bruto se preocupó y cuando ella se sobrepuso al dolor volviéndose a Bruto le dijo:
"Tú, mi esposo, aunque confiaste en que mi espíritu no te traicionaría, no obstante desconfiaste de mi cuerpo, y tus sentimientos no fueron más que humanos. Pero yo comprendí que mi cuerpo puede guardar silencio... Por tanto no temas, y dime todo lo que ocultas de mí, porque ni el fuego, ni el látigo, ni los dioses me podrán forzar a decir una palabra; no nací hasta ese punto mujer. Por ello, si aún desconfías de mí, es mejor para mí morir que vivir; de lo contrario no permitas que nadie piense más en mí como la hija de Catón o como tu esposa"

Bruto al oir ésto y viendo la profunda herida, quedó fascinado y nunca más le ocultó nada, relatándole el complot. Dicen que fue ella la única mujer al tanto de la conspiración.
Cuando murió Bruto, temiendo que pudiera quitarse la vida, estuvieron muy al tanto de que no hubiera cerca de ella nada con lo que pudiera hacerse daño, pero estas medidas no resultaron, ya que como comentaba al principio, se suicidó tragándose las ascuas encendidas del brasero.

(Hay que ver lo desacreditado que estaba ser mujer en la época y lo que tenían que hacer algunas para que los hombres las vieran como personas...)