Y seguimos de aniversario. Hoy hace 70 años Orson Welles, en una especie de radioteatro, creó gran alarma social, cuando emitió como noticiario de caracter urgente, una adaptación de la novela de Herbert George Wells "La guerra de los mundos". La ingenuidad de un público que aún no conocía la televisión, contribuyo a su éxito, a pesar de que tuvo que pedir disculpas después.
En 1949 Radio Quito, en Quito Ecuador, hizo lo mismo. Cundió el pánico entre la población y tuvo que interrumpirse la transmisión. Al enterarse de que había sido un engaño, parte de la población se encaminó hacia el edificio de Radio Quito y lo prendió fuego, destruyendo el edificio.
Parece ser que la idea de la novela, le surgió a Wells, paseando con su hermano Frank, cuando éste le dijo: "imagina por un momento que los habitantes de otro planeta descendieran de pronto sobre esta pradera y comenzaran su marcha sobre nosotros..." Pero si bien la idea surgió de esa conversación, para otros es mucho más. Quieren ver la representación simbólica de la idea del colonialismo del siglo XIX y XX. Es pretender que los europeos sufran en sus propias carnes lo que ellos hicieron en su propia historia: conquistar territorios para aprovecharse de sus gentes y sus recursos:
"Y antes de que les juzguemos [a los marcianos] demasiado severamente, debemos recordar la despiadada y completa destrucción que nuestra propia especie ha traído, no sólo sobre los animales, tales como el extinto bisonte americano y el dodo, sino sobre sus propias razas inferiores. A pesar de su apariencia humana, los tasmanios fueron exterminados por completo en una guerra de extinción llevada a cabo por los inmigrantes europeos durante un lapso que duró escasamente cincuenta años. ¿Es que somos acaso tan misericordiosos como para quejarnos si los marcianos guerrearan con las mismas intenciones con respecto a nosotros?"
Parece ser que la idea de la novela, le surgió a Wells, paseando con su hermano Frank, cuando éste le dijo: "imagina por un momento que los habitantes de otro planeta descendieran de pronto sobre esta pradera y comenzaran su marcha sobre nosotros..." Pero si bien la idea surgió de esa conversación, para otros es mucho más. Quieren ver la representación simbólica de la idea del colonialismo del siglo XIX y XX. Es pretender que los europeos sufran en sus propias carnes lo que ellos hicieron en su propia historia: conquistar territorios para aprovecharse de sus gentes y sus recursos:
"Y antes de que les juzguemos [a los marcianos] demasiado severamente, debemos recordar la despiadada y completa destrucción que nuestra propia especie ha traído, no sólo sobre los animales, tales como el extinto bisonte americano y el dodo, sino sobre sus propias razas inferiores. A pesar de su apariencia humana, los tasmanios fueron exterminados por completo en una guerra de extinción llevada a cabo por los inmigrantes europeos durante un lapso que duró escasamente cincuenta años. ¿Es que somos acaso tan misericordiosos como para quejarnos si los marcianos guerrearan con las mismas intenciones con respecto a nosotros?"