martes, 12 de agosto de 2008

Pérdidas...

Hace unos días mi disco duro externo, donde guardaba todas mis cosas: fotos (incluidas las de mis nietos), recetas, cuadros que me gustaban, mi biblioteca de libros electrónicos (con más de mil volúmenes), series que me gustaban, películas de niños..., dejó de funcionar, vamos no podía acceder a él. Lo lleve a un taller y me han dicho que no se puede arreglar, solo funciona la carcasa... me dicen que la recuperación de los datos, por parte de alguna empresa especializada, puede ascender a más de 600 €... Supongo que puedo recuperar la mayor parte de lo perdido, pidiendo fotos y recetas a amigos y familiares, pero puedo tardar mucho en conseguirlo y eso me deprime, además suelo ser muy ordenada, las fotos de mis nietos por ejemplo estaban en carpetas por meses y años, las de mis vacaciones por ciudades, paises y fechas, los cuadros por autores... Había guardado todas mis cosas en ese disco y no se me ocurrió hacer una copia de seguridad, hubiera tenido que tener otro disco duro de gran capacidad solo para duplicarlo... En fin, estoy esperando noticias de familiares y amigos a ver si se les ocurre o conocen una forma de recuperarlo que no sea ruinosa...
Y para no deprimiros más, una bonita historia de amor, la de Aretusa:
Era una náyade hija del dios fluvial Arcadio. Parece ser que el río Alfeo, hijo de Océano (para los griegos era un río de agua salada que circundaba el mundo) y Tetis (hermana y esposa de Océano, diosa del mar, niñera de Hera y que no tiene nada que ver con la Tetis madre de Hercules), se enamoró de Aretusa, pero ésta, había prometido permanecer siempre virgen, como su compañera de caza Artemisa (hermana melliza de Apolo), por lo que solicitó su ayuda, transformándola Artemisa en corriente de agua para poder huir así de las solicitudes del dios Alfeo. Como aún así éste insistiera, viéndose acorralada, Aretusa dirigió su curso bajo el mar y desde Grecia, apareció en la isla de Ortigia, en Siracusa, Sicilia, generando el manantial que lleva su nombre (cuando estuvimos en Siracusa hice una foto de la fuente, que por supuesto he perdido, ya que estaba en el disco. La que he puesto es de la web).
Bueno, pues siguiendo con la historia, os diré que el río Alfeo aún así no se rindió, estaba tan enamorado, que desde entonces dirigió también su curso bajo el mar para poder mezclar sus aguas con las del manantial Aretusa, materializando así su amor.
La otra imagen, es de un cuadro de un pintor romántico del ottocento, en el que aparece la otra Aretusa. Me refiero a la Aretusa del poema de Propercio, (que podeis leer una parte del mismo más abajo) en él describe la carta imaginaria que escribe Aretusa a su marido Licotas (ambos nombres ficticios), que se encuentra destinado en las legiones romanas, en ella lamenta su ausencia y envidia la actitud guerrera de Hipólita (la mítica reina de las amazonas), y dice querer ser un soldado para acompañar a su esposo. A mi me ha parecido bellísimo, aunque tenga más de dos mil años:
Aretusa envia esta carta a su esposo Licotas,
para sentirte cerca, a pesar de que siempre estás ausente.

Si ves algún borrón o mancha cuando la leas,
habrá sido causada por mis lágrimas. (...)
¿En esto ha parado nuestro compromiso matrimonial, éste es el regalo
de mi boda, cuando te ofrecí virgen mis brazos entregados a tu deseo?
(...)
¡Feliz Hipólita! Blandió armas con el pecho desnudo
y como una salvaje se cubrió su tierna cabeza con el casco.
Ojalá los campamentos romanos admitieran muchachas:
yo sería una fiel carga para ti en tu milicia;
ni las cumbres de la Escitia me detendrían, cuando Júpiter
reduce a hielo sólido con el frío las profundas aguas.
Todo amor es intenso, pero aún lo es más cuando el esposo falta.
La misma Venus airea esta antorcha, para que tome fuerza.

La fotografia del cuadro, y el poema visto aquí.