viernes, 6 de febrero de 2009

Naturaleza y hormigón...

Esta mañana hemos estado en el Parque Natural del Delta del Ebro. Hasta llegar al delta del río, hemos pasado a través de sus arrozales.
Fuimos en coche hasta la desembocadura, donde en el último kilómetro, más o menos, han acondicionado la zona con unos paseos muy bonitos. Una parte, sobre las arenas de la orilla, el paseo es una plataforma de madera, que posteriormente se convierte en dos senderos, uno de tierra y otro de hormigón, con pequeños jardines a un lado y el Ebro, bastante crecido, al otro.
El sonido: el del agua y los pájaros, y la imagen: el río uniéndose al mar.
No hizo sol, pero tampoco frío, vamos, una temperatura ideal para el paseo.
Visitamos también las playas de la zona, y unas dunas y lo único que no conseguimos fue dar un agradable paseo en barco hasta el mar, como era nuestra intención. Aún así mereció la pena. Existen también refugios para contemplar a las aves. Recomendable para los amantes de la Naturaleza.
Y pasando al extremo opuesto, la excursión de ayer a Marina D'Or. Como comenté, cuando volviamos de Castellón, decidimos pasar por el complejo residencial conocido como Ciudad de Vacaciones.
No se como estará en verano, pero supongo que puede ser mortal todo lleno de gente, mientras que ahora parecía casi una ciudad fantasma. De las pocas personas que vimos, la mayoría eran de mantenimiento o estaban trabajando en las obras del complejo, pues siguen construyendo, edificios, jardines, centros de ocio...
La verdad es que los edificios de apartamentos, tienen unos diseños, la mayoría que están bien, las calles son amplias, la entrada a garajes y edificios cómoda, los jardines muy bonitos, así como las fuentes, los servicios, todo el complejo... Lo que ocurre es que son tantos los bloques de edificios y tan enormes que no da la sensación de descanso precisamente... No se, supongo que para valorarlo en su justa medida, habría que ir a visitarlo en vacaciones. Ayer parecía un inmenso centro comercial cerrado, fantasma... Era como ver la ciudad de Las Vegas vacía de gente. Y ver tantísimos edificios y todos deshabitados, da una sensación de frialdad... Creo que prefiero Peñíscola.

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