A la vuelta hemos ido los dos al mercadillo a comprar: fruta, pipas de calabaza para las pelis y hemos comprado también, un hule para la mesa de la cocina, con estampado de fresas, y otro para la mesa del porche, para cuando nos ponemos a realizar manualidades, con un estampado de flores del campo. Ambos muy coloristas y alegres, ademas cuando los veamos, nos acordaremos de Italia y hará que esos recuerdos se amplíen con todas las cosas bellas que hemos visto y el recuerdo de los amigos... Es curioso, que fácil resulta evocar los recuerdos de los viajes, simplemente contemplando una imagen o un pequeño detalle adquirido o relacionado con el mismo, supongo que es una de las ventajas con las que cuentan los vendedores de souvenirs.
Después y muy despacito hemos vuelto a casa y dedicaremos la tarde a leer, jugar alguna partida y ver una película. Un día tranquilo...
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