miércoles, 30 de diciembre de 2009

Marcando el tiempo

Se termina el año y además de desearos lo mejor para el próximo, la entrada de hoy trata de la medida del tiempo, en concreto de los diferentes calendarios.

Su nombre viene del latín "calenda", y etimologicamente significa marcar el día.
Son muchos los tipos de calendarios que existen. Por ejemplo de uso generalizado tenemos: el azteca, el budista, el celta, el chino, el gregoriano, el hebrero, el hindú, el maya, el musulmán, el persa..., y eso sin hablar de los experimentales, de los de antiguas culturas..., en fin que nos sobran calendarios. Y es lógico, la cuenta del tiempo siempre ha sido la mejor forma de organizar las actividades humanas.
Pero haciendo una división más sencilla, podemos decir que existen los lunares, los solares y los mixtos.
De estos últimos es el calendario chino, de los más antiguos, ya que su origen es de alrededor del año 2637 aC, y es como decia, lunisolar. El año chino consta de doce meses lunares, cada mes está compuesto de tres semanas de diez días cada una y cada cierto tiempo, aproximadamente cada tres años, se introduce un año con un mes más, es decir trece meses. Además de su número, cada año lleva el nombre del signo del zodiaco chino, que son: Rata, Búfalo, Tigre, Conejo, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Cerdo.
Pero más cercano a nuestra cultura, en el origen de nuestro actual calendario gregoriano, encontramos el más antiguo, que yo sepa, y éste de tipo solar, que es el egipcio. Para la mayoría surge a principios del tercer milenio, 2781-2777aC, en el periodo arcaico, aunque existen teorías que hablan del año 4241 aC. Según Herodoto: "los egipcios fueron los primeros de todos los hombres que descubrieron el año, y decian que ésto lo hallaron a través de los astros."
Los sacerdotes egipcios sabían que el año duraba 365 días, pero no contaron que duraba unas horas adicionales que no llegaban al día, al no ser contadas esas horas se acumularon y produjeron un desfase, haciendo que las fiestas de una estación se celebraran en otra distinta.
Por ello en el 238aC se reunieron en Canopus para reformar el calendario, concluyendo que el año duraba 365 días y 6 horas, con lo que cada 4 años se añadia un día más. Pero recelos entre los sacerdotes hicieron fracasar la reforma.
Por su parte los romanos, al principio, tenian un calendario lunar de 304 días, distribuidos en diez meses, que iban de marzo a diciembre, pero en el siglo IIaC, se introducen dos nuevos meses: enero y febrero, intercalados entre diciembre y marzo, pasando a tener el año 355 días.
Unos años después, y por decisión militar se cambia también la fecha del comienzo del año, pasando del 1 de marzo al 1 de enero. La culpa del cambio la tienen los antiguos españoles, ya que los romanos comenzaban el año con la preparación de sus campañas militares y en esa época necesitaron más tiempo para preparar las campañas de aquel momento: las Guerras Celtíbericas, que se desarrollaban en la Península Ibérica. En concreto intentar solucionar los problemas que tenían con el asedio y conquista de Numancia.
A pesar de este cambio siguieron existiendo desfases con las estaciones, por lo que Julio Cesar ordenó una reforma del calendario. Sosígenes de Alejandria, colaboró con Julio Cesar para la reforma, y como tenía noticias de la reforma de Canopus, adoptó la antigua reforma como el nuevo calendario romano. El nuevo calendario se implantó en el año 46aC, con el nombre de julio y después juliano.
En este calendario, los años constaban de 365 días y cada cuatro años, había uno de 366 días. A este año se le llamaba bisiesto, y el motivo era el siguiente: el mes de febrero entonces tenía 23 días, y los años bisiestos tenían dos días marcados como 23, como a ese día se le llamaba sexto calendas martii, cuando el año era bisiesto, se decía bis-sexto calendas, de ahí el nombre de bisiesto.
Este calendario estuvo en vigor hasta el año 1582, en el que el Papa Gregorio XIII, sustituye el calendario juliano por el gregoriano. El motivo como de costumbre, ajustar desfases, principalmente debido a que el año se había constituido en 365,25 días, mientras que la cifra exacta era 365,242180, con lo que se había acumulado un error de aproximadamente 10 días.
La importancia del Calendario Gregoriano, es que al final todos los paises del mundo, terminaron adoptándolo. Podemos viajar a cualquier pais, y si compramos un almanaque, podrá variar si la semana comienza en domingo o lunes, o el idioma, pero siempre será el mismo calendario.

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