viernes, 22 de febrero de 2008

Dia horrible...?

Bueno hoy ha sido un día desastroso pero… con pequeñas alegrías. Os lo cuento.

Salimos de casa no muy pronto, ya que íbamos a ir solo a Piazza Armerina. Si ayer subió un poco la temperatura, ocho grados por la mañana, hoy hacia casi un día perfecto, algo más de doce grados, nada de viento... Apenas salimos de casa vimos el Etna, por supuesto todavía cubierto de nieve, pero con dos fumatas en dos de sus tres cráteres que subían rectas hacia el cielo, ya que no hacía nada de viento.

Íbamos bien abrigados, descansados y de camino fuimos oyendo un libro de Emilio Salgari, no muy agradable que contaba como a unas mujeres jóvenes, sus esposos viejos, les habían cortado la nariz y las orejas por mirar a unos jovencitos, la acción transcurría cerca de Afganistán… hay cosas que no cambian. Ya cuando estábamos llegando a Piazza Armerina, siguiendo las instrucciones del navegador que nos ha llevado de maravilla, busqué en los monumentos de la zona, la Villa Romana que íbamos a ver y enseguida calculó la ruta. Cuando pasamos por Piazza Armerina norte, vimos que ponía una indicación hacia la Villa Romana del Casale, pero como el navegador decía que faltaban 4 kilómetros para el desvío, decidimos hacer caso del navegador que hasta entonces, ya digo, nos había llevado a todos los sitios de maravilla. Así que siguiendo sus instrucciones nos metimos por una carretera algo estrecha y con muchas curvas, cuando llevábamos varios kilómetros nos dijo que nos teníamos que meter por un camino de tierra que salía de la carretera y que tenía unas puertas metálicas abiertas. Seguimos sus indicaciones algo extrañados y nos metimos por allí. Cuando aquello empezó a estrecharse y no había posibilidad de dar la vuelta, tuvimos que seguir adelante hasta que llegamos a una casa particular, donde un señor que trabajaba en unos naranjos nos miró bastante extrañado. Decidimos que estaba claro que por ahí no era y aprovechando una pequeña cancha de baloncesto que tenían, dimos la vuelta y salimos por donde habíamos venido.

Volvimos hacia Piazza Armerina para seguir las indicaciones. Después de perder las señales varias veces, volviendo de nuevo al sitio y cambiando de dirección, preguntamos dos veces, nos indicaron mal.., total que al final decidimos que era mejor volver a la carretera donde habíamos visto la indicación primera y entrar por allí. Pero antes y ya que estábamos en el pueblo y todavía era pronto, decidimos visitar El Castillo Aragonés y una basílica. Le indicamos al navegador que nos señalara como se iba al Castillo Aragonés y empezó a meternos por unas calles, que si las subidas eran de lo más empinadas, en las bajadas dabas por supuesto que habría suelo, ya que desde el coche no se veía… Las calles cada vez eran más estrechas y como en el camino anterior, no había un solo sitio donde se pudiera dar la vuelta, que no estuviera ocupado por coches. Llegó un momento en que la decisión era o seguir hacia adelante por una calle que parecía casi imposible que el coche cupiera o dar marcha atrás en curva, cuesta abajo y en una calle un pelín más ancha que la anterior, pero durante más de trescientos metros. Me bajé del coche, y vi que un poco más adelante había una calle por la que podríamos ir y que era hasta de dos direcciones, así que la única opción fue ir hacia adelante y como dijo él cortamos una oreja. El retrovisor del lado derecho roto, así que decidimos salir de Piazza Armerina y pasar del Castillo Aragonés, de la Basílica y sobre todo de sus calles...

Volvimos a la carretera, y nos metimos otra vez a Piazza Armerina por el norte y aunque no muy bien, conseguimos gracias a las señales y la intuición llegar a la villa. Como para entonces era alrededor de la una, para poder verla sin agobios, decidimos comer antes de entrar.

Llegamos a la entrada a las dos menos cuarto y mira tú por donde, resulta que cerraban a las dos. Cuando nos lo dijo el señor debimos de poner cara haba triste, porque el pobre y antes de que le dijéramos nada, nos dijo: venga pasen, sin billete, pero deben estar en la entrada a las tres como muy tarde. Total que entramos corriendo, había un montón de gente trabajando en los mosaicos, muchas de las salas estaban cerradas, pero aun así, mereció la pena la visita.

La villa, por la cerámica, las prendas de las imágenes representadas y las monedas encontradas, la datan entre los siglos III y IV d.C. No se sabe quien pudo mandar construirla, las dos hipótesis con más partidarios es que fue una villa imperial, o la vivienda de un “consularis”, o sea, el gobernador de Sicilia. Otros opinan que pudo ser la residencia de un recaudador (que digo yo, por la villa, recaudaba más para él que para el imperio), y algunos más y debido a una sala llamada “Cubiculum de la escena erótica”, creen que pudo tratarse de un prostíbulo. Pero la verdad, cuando ves la monumentalidad y belleza de la villa, lo lógico es aceptar cualquiera de las dos hipótesis primeras.

El caso es que después de haber visto las villas romanas y toscanas, tengo un problema. Si me toca la primitiva, no sé qué tipo de villa construirme….

Besos,

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