Hoy hemos llegado a Roma y aprovechando que todavía estamos en la semana cultural, nos hemos ido de museos.
Hemos empezado con la Galería Nacional de Arte Moderno y la verdad es que hemos visto cosas que nos han gustado mucho, como por ejemplo uno de mis cuadros favoritos, que no sabía que se encontraba en Roma: "Las tres edades" de Gustav Klimt, una serie de esculturas de Cánovas que no conocíamos, algunos cuadros, tanto del siglo XIX como del XX que nos han gustado y otros muchos, todos del XX que no nos han gustado nada, de hecho no podríamos ni decir el nombre de los autores ya que ni siquiera nos hemos molestado en mirarlos. Pero vamos en resumen el resultado ha sido positivo, si además le añadimos que hemos comido en su cafetería, rodeados de bonitas estatuas y hemos tomado de postre un helado delicioso... Pues perfecto.
Después y dando un pequeño paseo, nos hemos acercado hasta la Villa Gulia, museo de arte etrusco, muy interesante, con piezas muy bonitas.A continuación y como hacia un día maravilloso, de esos primaverales, decidimos que en lugar de ir a otro museo, íbamos a dar un paseo por los Jardines de la Villa Borghese, claro que como son muy amplios, decidimos alquilar una especie de cochecito con pedales, que según nos contaron estaba asistido por un motor (cochecito amarillo). Y si, el motor te asistía cuando ibas cuesta abajo, pero lo que era cuesta arriba, os aseguro que ni asistía ni existía, así que a los diez minutos fuimos a devolverlo, vamos en cuanto tuvimos que bajarnos del cochecito para empujar en una cuesta. Nos sorprendieron devolviendonos el dinero sin haberlo pedido.
Según íbamos a entregar nuestro coche asistido, vimos a una pareja que iba en uno eléctrico, del estilo de los que hay en los campos de golf (coche blanco). Les preguntamos donde lo habían alquilado y el pobre nos contestó que eso es lo que querían saber ellos, vamos que se habían perdido. Afortunadamente encontramos a otros que nos dijeron donde era y hacia allí fuimos. Bueno, pues después de estar una hora recorriendo motorizados los bonitos jardines, ya a pie y dando un tranquilo paseo nos acercamos hasta la parte de los jardines conocidos como de Pincio y bajando por unas suaves escaleras llegamos hasta la Plaza del Popolo y como Él estaba bastante descansado, nos recorrimos entera la Vía del Corso, hasta la plaza de Venecia, donde ya cogimos el autobús hasta casa y para que veáis que Roma es un pañuelo, nos encontramos en el autobús con dos amigas, María Eugenia y Blanca que llevaban el mismo camino...
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